MESOPOTAMIA

En el 3000-2000 a. C. pensaban que las enfermedades (shêrtu) no podían ser causadas directamente por los dioses. Los culpables eran un ejército de hasta 6.000 demonios, dispuestos a provocar pestes, fiebres, abortos y epidemias, que castigarían a los hombres de sus pecados.

1. Existían dos especialistas que se complementaban a la hora de sanar: 

El asû. Prescribía los tratamientos para sanar los males físicos y anímicos (médico) 

El âshipu. Se ocupaba de las enfermedades consideradas sobrenaturales, algo así como un mago o exorcista.

La finalidad del tratamiento no era otra que la de expulsar los agentes malignos del cuerpo. Primero el enfermo ordenaba a los demonios salir del cuerpo, después se dirigían a los dioses suplicándoles ayuda para combatirlos mostrando arrepentimiento por sus faltas.

2. Para el diagnóstico usaban:
La adivinación en el estudio del vuelo de las aves.
Los astros.
El estudio del hígado de algunos animales (hepatoscopia), este último considerado como muy eficaz al creer que el hígado era el “templo de la vida”.

3. Para elaborar los medicamentos utilizaban:
Minerales (cloruro sódico, nitrato potásico…)
Animales (cabezas y pieles de serpientes, grasa, sangre, huesos…)
Vegetales: tanto de plantas (mirto, tomillo…) como de árboles (sauce, higuera, palmera datilera…)
Todos ellos eran administrados directamente, disueltos en líquidos (cerveza, vinagre, miel) o cocidos.
Podían ser ingeridos oralmente, aplicados en enemas, en ungüentos o aspirados mediante vapores.

4. Su conocimiento de la anatomía humana era muy escaso al igual que el instrumental quirúrgico que utilizaban:
Agujas
Lancetas
Espátulas
Pinzas
5. Los gallubu era los cirujano-barberos de casta inferior encargados de hacer pequeñas intervenciones como por ejemplo:
Extracciones dentales
Flebotomías
Drenajes de abscesos

6. El exorcista utilizaba amuletos y figuras para sus ritos, y cuando querían aumentar su poder de sanación se disfrazaban con un traje de pez para hacerse pasar por uno de los Siete Sabios (Apkallu)una de las criaturas que según la tradición surgieron de las aguas al inicio de la Creación.